Все таки у Джерра есть планы-мечты стать режиссером или, может это автор статьи свои желания озвучил.
Incluso se ha planteado lo de ponerse al otro lado de la cámara, pero todavía no se siente preparado.
Он даже задумывается, чтобы обратиться к другой стороне камеры, но все еще не чувствует себя готовым.
Actor, productor y quién sabe si algún día director. Lo sentimos, pero para todo eso, hace falta algo más que un torso.
Актер, продюсер и кто знает, может когда-нибудь и режиссер.
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Gerard Butler: "Antes no me importaba si me despedían"
Tratar de definir al hombre moderno no es tarea fácil. Tal vez por eso recurrir a imágenes que reúnan las claves del macho por antonomasia sería en este caso la opción. Procedemos: ojos color aguamarina, gesto duro y voz profunda y envolvente. Y, oh casualidad,Gerard Butler es todo eso y más. Será por eso que ya nadie duda de que el actor británico es no sólo una de las estrellas más brillantes en el firmamento de Hollywood, sino también uno de los máximos representantes de la masculinidad actual.
Su papel en 300, la cinta de Zack Snyder por la que todavía le preguntan con cierta recurrencia, lo encumbró, nos mostró su lado más salvaje y, por qué no decirlo, nos obligó a desviar la atención hacia su tórax hipermusculado más de una vez -añadan también tórax hipermusculado a la descripción inicial-. Sin embargo, la épica también dejó entrever, entre chorro y chorro de sangre, a un actor que, aunque llevaba algunos años en el circuito, pronto sorprendería con sus papeles. «Me considero una persona con grandes objetivos, a la que le entusiasma su trabajo y pone dedicación en todo lo que hace. Pero no sólo en el plano profesional, también trato de poner ese empeño en todos los ámbitos de la vida», nos explica Butler eligiendo con mimo cada palabra.
Precisamente, cuenta Butler, que fue ese concepto que tiene de sí mismo, el que llevó a Hugo Boss a elegirlo como imagen de su icónica colección Boss Bottled -que ahora crece con la fragancia Boss Bottled Tonic- y protagonizar la campaña Man of Today, en la que reflexiona sobre la necesidad de redescubrir una perspectiva con la que enfocarse al mundo. «Creo que esta autodefinición no sólo me engloba a mí, sino que caracteriza al hombre actual que, en el fondo, no es más que una versión moderna del hombre tradicional». O, dicho de otra manera, mismos valores, mejor torso.
Pero irónicamente, hubo un tiempo en que el británico también encarnó a ese hombre tradicional que ahora le suena lejano. Fue en su adolescencia, cuando decidió abandonar su sueño de ser actor y, en los albores de la madurez, creyó que una carrera universitaria sería lo mejor para su futuro. Estudió derecho, formó parte de pequeños grupos de teatro amateur y ejerció como abogado. «En aquel momento no me importaba demasiado si me despedían o no, o si continuaba trabajando. Fue una época en la que sentía que todo era un desastre», lamenta.Sus problemas con la bebida lo llevaron a borrar los recuerdos de varias decenas de noches. Su vida se descarrilaba cuando Stephen Berkoff se cruzó en su camino -o Butler en el del director y dramaturgo- y le dio un papel en el montaje teatral Coriolanus. Más tarde llegaron pequeños personajes en cortos, alguna que otra mirada a la gran pantalla y el adiós definitivo a las copas. Desde los 27 no bebe.
"Me alegro de que la fama me haya llegado maduro"
Luego, al fin, la fama. La alcanzó (midiendo el tiempo en ritmos de Hollywood) algo tarde, ya superaba la treintena. «Creo que todo llega a su momento. Al trabajar como actor y conseguir éxito en mi carrera veo que no es tan importante hacerlo a una edad determinada siempre que hagas algo que te apasione. En mi caso valoro positivamente haberlo conseguido teniendo más madurez, porque soy más responsable y hago mi trabajo con mucha dedicación», apunta el escocés.
Desde entonces no le han faltado los papeles en los que ha sido villano, delincuente, padre vengativo, marido, amante... y hasta surfista. Incluso se ha planteado lo de ponerse al otro lado de la cámara, pero todavía no se siente preparado. Aun así, se ha lanzado a producir algunas películas. Once, para ser exactos. La primera Wrath of Gods, en 2006; la última, Hunter Killer, un filme complejo protagonizado por el propio Butler que explora la tensa relación entre EEUU y Rusia.
«Cada vez trabajo más duro, porque soy consciente de que el esfuerzo hace que seamos capaces de llegar más alto», confiesa, haciendo alusión a la apretada agenda que maneja actualmente. Lo hace con parsimonia y detenimiento, ahondando en los detalles. Se siente cómodo explicando los vericuetos de la profesión y en cierto modo tiene lógica, porque a él Hollywood lo ha tratado bien.
En el tintero, mientras tanto, dos proyectos que se estrenan a finales de año. «Uno es la película de ciencia ficción Geostorm. Trata sobre el calentamiento global y los efectos que está causando al entorno, con fenómenos naturales que amenazan a la humanidad. Todas las naciones de nuestro planeta deberían reunirse para tomar medidas para controlar el medio ambiente y tratar de averiguar qué es lo que está pasando realmente», explica visiblemente entusiasmado. La otra es Den of Thieves, un thriller oscuro que narra la historia de unos delincuentes que tienen como objetivo atracar el Banco de la Reserva Federal en Nueva York.
Actor, productor y quién sabe si algún día director. Lo sentimos, pero para todo eso, hace falta algo más que un torso.
Джерарда Батлера (чистый доход за вычетом всех удержаний):
Энистон не так уж хорошо играла. За что там было 8 млн. платить?
Изверги!!!
Прям бальзам на душу 
